Evitando la Oscuridad
La canción Midday (Avoid City After Dark) lleva consigo un mensaje importante, especialmente para hombres y mujeres jóvenes que viven en la oscuridad del laberinto urbano. Habiendo experimentado lo que la mayoría de chicos vivieron en esa edad crucial de desarrollo en los sub-mundos del Soho y los rincones más andrajosos del West End de Londres –aún recuerdo algunas de sus heridas- me doy cuenta de lo mucho que me podría haber evitado si mis mentores y mis objetivos hubieran sido distintos.
La presión social del conformismo es difícil de eludir dentro de los renglones de la ciudad, y los seres humanos nos damos cuenta que es más fácil ir con la corriente que en contra de ella.
Siempre los habrá, aquellos que se ven dominados por quienes son, en apariencia, más fuertes. Lo que ocurre es que muchas veces las apariencias son muy engañosas.
La ardua batalla de la luz contra la oscuridad no va a desaparecer, pero ayuda saber que hay algunos que están dispuestos a ponerse la armadura de la luz y la bondad para seguir hacia la luz, hasta que el sol se levanta en Occidente.
LUZ Y OSCURIDAD EN EL CORÁN
Alá es el amigo de los que creen: los saca de toda clase de tinieblas y los lleva a la luz. Y respecto a los que no creen, tendrán a Taghut como su protector, será él quien los llevará desde la luz a toda clase de tinieblas. (El Corán, 2:257)
La palabra Tahgut aplica para todos aquellos que transgreden los límites. El Corán la utiliza para designar a quien se rebela ante Dios, presentándose engañosamente como maestro y soberano de las criaturas de Dios, y convenciendo a los débiles de que se conviertan en sus sirvientes. Aunque Tahgut es singular en su forma, su significado es plural, porque aquel que abandona a Dios se convierte en esclavo no de uno, sino de varias manifestaciones de Taghut. Una de estas es Satanás, quien constantemente tienta al hombre con sus falsedades y alicientes. Otra manifestación de Taghut es la unicidad del sí, la conciencia, uno mismo: nos convertimos en esclavos de nuestras propias pasiones y lujuriosos deseos, que nos desvían del sendero de la rectitud.
La rebelión del ser humano en contra de Dios consta de tres grados:
- Se es Fasiq (desobediente) cuando uno se dice ser leal a la Divinidad pero, en la práctica, contradice los mandamientos y las guías iluminadas.
- Se es Kafir (incrédulo) si uno cree ser independiente o ajeno a la voluntad de Dios o si elige aliarse con algo o alguien más.
- Se es Taghut si uno se rebela en contra de Dios y pretende convertir a sus seguidores en propios.
Ese Taghut puede ser Satanás o, en casos extremos, un líder religioso, un político, o un rey. En ese sentido, nadie puede ser un verdadero fiel y creyente en Dios hasta que no reniega y abandona la oscuridad del Taghut. Esa oscuridad hace alusión a la ignorancia que lo puede llevar a uno a desviarse del Sendero Recto, haciendo esfuerzos y gastando energía de manera equivocada. La luz, como ente opuesto a esa oscuridad, hace alusión a la luminosidad de la Verdad que nos permite ver la realidad con claridad y divisar con precisión el verdadero objetivo de la vida, para así seguir de manera consciente y deliberada el Sendero Recto, en amorosa sumisión.