Este barco llamado Cercano y Lejano

    Este barco llamado Cercano y Lejano

    “Diles: ‘Ciertamente se me ha revelado que Allah es vuestra única divinidad. ¿Acaso no vais a someteros a Él?’ Y si rechazan [el Mensaje] diles: ‘Os prevengo [del castigo] a todos por igual, y no tengo conocimiento si lo que os amenaza está cerca o lejos.’” (El Corán, 21:108-109)

    Sin conciencia y sin preparación

    Muchos van por la vida sin conocer su destino final. Muchos podrían estar confundidos por lo que se les ha dicho o no a través de sus afinidades ancestrales o religiosas. Sin embargo, para una gran cantidad de personas (mejor conocidas hoy como ‘consumidores’), el conocimiento sobre la existencia de Dios y la vida más allá del Aquí y el Ahora, no entra realmente en sus mentes o ámbitos de interés. Así que la preparación para lo que puede estar por delante no es tan importante como a dónde quieren ir para sus vacaciones o cómo seguir pagando sus facturas de teléfonos celulares, cada vez más caras.

    Así navegan por el océano de la vida, sin saber dónde terminará; o si el final está cerca o lejos. Perdidos en el mar, sin saber en qué dirección se dirigen – ¡sin siquiera saber si el barco en el que están navegando tiene un chaleco salvavidas o no!

    Si tan solo pudieran adquirir un mapa del futuro o un telescopio espiritual fiable, se sorprenderían. El Último Profeta, (la paz y las bendiciones de Alá sean con él), dijo: “Si un creyente conociera plenamente el castigo de Dios, nadie albergaría la esperanza de Su Paraíso; y si el incrédulo conociera el alcance de la Misericordia de Dios, nunca se desesperaría por obtener el Paraíso.”

    Las metas de mi vida

    Cuando era más joven, las metas de mi vida eran mucho más terrenales – la riqueza, el amor, la fama, el reconocimiento – pero todo parecía estar fuera de mi alcance. Mi única solución era trabajar para alcanzarlo. Casi como si hubiera conocido el dicho del Señor de los Mundos:

    Y que el ser humano no obtendrá sino el fruto de sus esfuerzos. (El Corán, 53:39)

    Efectivamente mi esfuerzo me ganó mi gran porción de éxito. Tenía una guitarra, un poco de agallas, un nombre pegadizo y mucha inspiración. Pero luego aprendí que la vida no es tan fácil. Hay problemas y obstáculos que nos acechan por todas partes. Si tan sólo hubiera conocido el dicho del Señor de los Mundos, “Y te pondremos a prueba con algo de temor y hambre, y con pérdida de riquezas, de vidas y de frutos; pero da la buena nueva a los pacientes.” (El Corán, 2:155), tal vez podría haber estado preparado. Pero no fue así, entonces toqué fondo. Fui hospitalizado y luego empecé a pensar en qué había para mi al final del camino. Si la vida puede ser tan corta, entonces uno de los objetivos claves era este: llegar a la eternidad con suficientes créditos para comprar la felicidad eterna. Empecé a estudiar libros espirituales. ¡Una de las líneas de un libro -escrito por un budista- llamado El Camino Secreto, me llamó la atención!

    “Primero una persona comienza a preguntarse quién es, entonces comienza a caminar sobre el camino de la luz el cual le traerá felicidad sólo cuando haya encontrado la respuesta.”

    El camino comienza

    Así que me aventuré en el camino hacia la luz, ¡pero el problema era que había demasiados caminos! El cristianismo, el taoísmo, el budismo, la astrología, la numerología; todos diciendo algo interesante:

    “Él envía el sol y la lluvia sobre el bien y el mal; sobre los justos e injustos.” (Jesús: Mateo v.45)

    “El que conoce a los demás es sabio. El que se conoce a sí mismo está iluminado.” (Tao Te Ching)

    “Todo es todo.” (Anaxágoras)

    Entonces, mis canciones y álbumes se convirtieron en mis vehículos: “On the Road to Find Out”, “Miles from Nowhere”, “Peace Train” y “The Wind”.

    Ignoré una religión en particular debido a mis prejuicios heredados. Incluso la pasé por alto en mi librería espiritual favorita: ¡el islam! Estaba tan cerca pero tan lejos. Hasta que un día fui a nadar en el Pacífico – mi fama y mi riqueza estaban envueltas en mi ropa junto a mis pertenencias en la playa. Entonces vino la verdad: yo era mortal y me estaba ahogando, ¿pero estaba solo? Sin haber leído o conocido un versículo del Corán experimenté la verdad del siguiente versículo:

    Y cuando olas como montañas les envuelven invocan a Allah y prometen rendirle culto sincero; pero cuando les pone a salvo llevándolos a tierra firme algunos de ellos sólo cumplen parte de su promesa. Y sabed que sólo niegan Nuestros signos los perjuradores e ingratos. (El Corán, 31:32)

    Reconnexion

    Ese fue el punto en el que me reconecté con el Señor de los Mundos -que está siempre presente. Regresé a la orilla con un corazón lleno de gratitud. El Corán dice, “Cuando mis siervos te pregunten por Mí, diles: “Estoy cerca” (2:186). Poco después de esta eventualidad, recibí una copia del Corán y desde ese día las cosas se volvieron claras. Ahora la verdad era palpable. Pero la batalla no había terminado, todavía había mucho por hacer – tenía que cambiar.

    Comprando cada traducción del Corán a la venta, leí y leí, hasta que no pude escapar del mensaje que palpitaba en mi alma: “Di: “Él es Alá, el Único” (112:1). Por supuesto, el monoteísmo suena como algo muy simple, pero nunca entendí el alcance de su significado hasta que leí el resto de la frase, “ ni existe otra divinidad salvo Él.” (23:91). 

    Luego me llegó un descubrimiento increíble: que todos los profetas pertenecían a la misma religión, conocida como la manera natural; la innata y fe pura de Abraham. Tuve que tomar una decisión inmediatamente. Mi barco había llegado a la orilla y todo lo que tenía que hacer era bajarme. Tenía que cambiar. No, tuve que volver a mi estado original, al niño dentro de mí.

    “…Sabed que Allah no cambia las gracias que concedió a un pueblo, mientras ellos no cambien lo que hay en sí mismos” (El Corán, 13:11)

    Es hora de hacer un cambio

    El proceso de crecer era el proceso de convertirse. Pero a veces pierdes de vista esa luz interior. La verdad era obvia, pero siempre se hacían concesiones para complacer a los demás. Encontrar ese camino de regreso a la honestidad dentro de uno mismo, es otra ruta para encontrar la Verdad y la Paz.

    Sé lo que debes

    He viajado millas interminables
    Visto muchos puertos,
    Donde descansé un rato
    En este barco llamado ‘cercano y lejano’
    Para ser lo que debes,
    Debes renunciar a lo que eres. 

    Sólo en un viento de esperanza mi corazón navegó
    Desafiando océanos místicos para llegar
    Los que no se van
    Y eligen quedarse…
    Apenas sobreviven

    Sé tú el polvo; o sé tú estrella
    Para ser lo que debes
    Solo busca lo que eres
    Y aunque has recorrido muchos caminos
    Sólo hay una manera,
    y ese es el que elegiste

     Desde Sexto el pitagórico hasta el imán Al Ghazzali, no hay ni una pizca de diferencia cuando esto es cierto. Sexto dijo, “Todo lo que honres sobre todo lo demás, tendrá dominio sobre ti. Pero si te entregas al Dominio de Dios, tendrás entonces dominio sobre todas las cosas.”