Celebrando Al Profeta (la paz sea con él)

    Celebrando Al Profeta (la paz sea con él)

    El regalo de la paz y la luz del islam – Celebrando al Último Mensajero de Dios

    En un mundo tan frágil, donde la gente es sacudida constantemente por los cantos provocativos de los políticos y las figuras anti-islámicas; de aquellos que dicen promover valores universales mientras que, a su vez, alimentan el miedo y el odio en contra de los creyentes y adoradores del Profeta, no hay espacio para esconder nuestros corazones. Necesitamos contrastar esta oscuridad con la exposición y la luz de la esperanza que su personalidad infunde en la vida de millones de musulmanes comunes y corrientes. 

    Celebramos el resplandor del islam con la llegada del último gran Mensajero, que nació y fue elegido para entregar una luz de Dios a toda la humanidad. La razón por la cual podemos disfrutar de este regalo de ver aquello que es invisible, es por la vida y el ejemplo de un hombre inspirado -el último del linaje bendito de los Profetas- traído a este mundo para ayudar a guiar a la humanidad por el camino hacia el Paraíso, una misericordia para todos, independientemente de la raza, la nación o el color: Mahoma, (La paz y las bendiciones de Alá sean con él).

    Mi visión del islam y Mahoma (la paz y las bendiciones de Alá sea con él) antes de leer el Corán

    Yo era como muchas personas en Occidente: bendecido con grandes avances materiales, con tecnología excelente y con sistemas políticos bastante evolucionados. Pero, con respecto al conocimiento y a la información sobre el islam, fui criado en un estado de pobreza vergonzosa. Mi punto de vista fue dominado por imágenes de los musulmanes como extranjeros con extrañas costumbres religiosas, como genios y sus alfombras mágicas, las lunas y las estrellas; perpetuadores de la guerra, el derramamiento de sangre y las cruzadas. Casi nada que pudiera decirse que representa el islam adecuadamente me fue presentado, hasta que en 1975 me regalaron una versión del Corán traducida al inglés.

    Escritura unificadora de la humanidad bajo un sólo Dios

    La primera lección que aprendí del Corán fue el mensaje de la unidad y de la paz. Esta no era aquella oscura religión extranjera que yo me había imaginado. Primero, se hablaba de la creencia en Un Dios reinando sobre todas las personas, las criaturas y los eventos de este Universo incomparable –hablando de nosotros como Adánicos en naturaleza; hijos de la humanidad y provenientes de los mismos Padres, Adán y Eva; pertenecientes a una gran familia.

    Los versículos también se referían a otros Profetas como hermanos que predicaron la misma escritura unificadora de la humanidad -mostrando a cada hombre y mujer el camino al Paraíso. Vi los nombres de Jesús, de Moisés, de Abraham, de Jacobo, de Noé y, por supuesto, el nombre de este último mensajero -el Último Mensajero de Dios- Mahoma (la paz sea con ellos). No podía ver ninguna división entre la enseñanza esencial de todos los Profetas y los hombres sabios de la religión. El Corán apuntaba a una declaración universal que definía la verdadera fe y la religión – decía:

    La piedad no consiste en orientarse hacia el oriente o el occidente, sino que consiste en creer en Allah, el Día del Juicio, los Ángeles, el Libro, los Profetas, hacer caridad, a pesar del apego que se tiene por los bienes, a los parientes, huérfanos, pobres, viajeros insolventes, mendigos y cautivos, hacer la oración prescrita, pagar el Zakât , cumplir con los compromisos contraídos, ser paciente en la pobreza, la desgracia y en el momento del enfrentamiento con el enemigo. Ésos son los justos, y ésos son los temerosos de Allah. (El Corán, 2:177)

    Yo sabía que este libro era verdaderamente una Revelación del Dios Único debido a que no había señales de discriminación o de separación entre los Profetas. Desde ese momento me di cuenta de que no me quedaba nada más que hacer que ser musulmán – y eso fue lo que hice hace más de cuarenta  años.

    Mi descubrimiento de la Sunnah, el ejemplo de vida del Profeta (la paz y las bendiciones de Alá sean con él)

    Una de las cosas más asombrosas que descubrí después de acoger el islam fue la vida única y la historia del Profeta bendecido (la paz y las bendiciones de Alá sean con él) que explicaba y demostraba un ejemplo práctico de las enseñanzas del Glorioso Corán.

    A lo largo de la historia ha habido miles de hombres que influenciaron el curso de la humanidad. Muchos han dejado su marca en las páginas del tiempo; reyes, guerreros, filósofos, escritores y poetas. Pero ¿cuántos han pasado sin dejar un registro permanente e imagen de su personalidad o ejemplo de vida? ¿Cuántos nos han dejado con una documentación tan perfecta de sus dichos y su conducta, que sigan contribuyendo al potencial y al bienestar futuro de la Humanidad?

    Es por esto que, hasta el día de hoy, en Medina – la península arábica en la que nos encontramos ahora – podemos encontrar una corriente sin fin de personas visitando, dando sus saludos de paz e invocando las bendiciones de Dios sobre el mensajero de la Misericordia – Mahoma Al-Mustafá (la paz y las bendiciones de Alá sean con él)

    Desde cómo se peinaba hasta la forma en la que caminaba; desde los detalles de sus momentos íntimos con su familia hasta los pronunciamientos del Profeta y sus declaraciones con respecto al discurso entre religiones y naciones, todos los momentos de su vida profética y sus enseñanzas se han conservado escrupulosamente, perpetradas en la escritura y seguidas. El mayor legado es aquél que beneficia al mayor número de personas durante el periodo de tiempo más largo y sin límite de valor. A nadie más que al profeta Mahoma se le dio ese papel como el sello del mensaje de Dios. El Corán confirma:

    Hay un bello ejemplo en el Mensajero de Allah [de valor y firmeza en la fe] para quienes tienen esperanza en Allah, [anhelan ser recompensados] en el Día del Juicio y recuerdan frecuentemente a Allah. (El Corán, 33:21)

    Uno de los propósitos más importantes de su vida y su misión fue el llamamiento de la humanidad a la unidad del propósito del universo. Su carácter compasivo y misericordioso quedó demostrado plenamente en el hecho de que el Profeta velaba por cada uno de los seres humanos y daba lo mejor de si para asegurar el bienestar de ellos en el más allá. 

    Alguna vez el Apóstol de Alá dijo: “No hay nadie que atestigüe sinceramente que no hay Dios sino Alá, y Mahoma es su mensajero, excepto que Alá, lo salvará del fuego del infierno. Muad, su acompañante dijo: “¡Oh, Mensajero de Dios! ¿No debería informar a los demás acerca de ello para que puedan tener buenas noticias?” Él respondió vacilantemente: “(Talvez) Pueda que cuando la gente escuche esto, sólo dependan de ello.” Al-Bujari

    Le explicación del eslabón judeocristiano

    Muchos promotores fervientes de la cultura y los valores occidentales parecen tener la intención de construir un muro entre lo que consideran como su origen judaico-cristiano y el islam -haciendo que el islam parezca completamente ajeno a su paisaje de historia y religión. Sin embargo, esto es totalmente engañoso y contradice la piedra angular de la fe musulmana. Una simple lectura del contenido del Corán demostraría a cualquier lector imparcial que la religión del islam está construida sobre los cimientos inamovibles de Abraham y los mensajes de los profetas que lo siguieron, tales como Jacobo, Isaac, Moisés, David, Salomón, Juan y Jesús. No hay religión en la tierra que pueda pretender ser el heredero más natural del legado judeocristiano que el islam. De hecho, esta fue una de las razones más grandes por las que sentí que yo, como occidental, podía aceptar su mensaje de todo corazón. El Corán exige que todos los creyentes también deben creer en revelaciones originales anteriores, específicamente nombrando la Torá, el Evangelio y los Pergaminos de David y Abraham. ¿Cómo puede alguien, después de cualquier estudio serio del islam, continuar negando la relación de los musulmanes con las tradiciones judías y cristianas?

    A pesar de que hoy en día el islam sea proyectado como nocivo y hostil frente al cristianismo, el judaísmo y otras religiones, la verdad es que el Profeta fue el gran educador. Su papel era reafirmar el significado y la explicación de la fe original y la religión de Dios, como fue enseñado por otros profetas y mensajeros que lo precedieron.

    Decid: Creemos en Allah y en lo que nos fue revelado, en lo que reveló a Abraham, a Ismael, Isaac, Jacob y las doce tribus [descendientes de los hijos de Jacob], y lo que reveló a Moisés, Jesús y a los Profetas. No discriminamos entre ellos, y nos sometemos a Él. (El Corán, 2:136)

    Amor y Misericordia

    Termino con una conclusión de una lección que el Profeta (la paz sea con él) enseñó para aquellos que quieren aprender del islam y beneficiarse de la misericordia que Mahoma distribuyó a todas las personas. Él dijo: “No entrarán en el cielo hasta que crean; y no creerán hasta que se amen unos a otros. ¿No debería guiarlos a algo que, de hacerlo, incrementará el amor entre ustedes? difundan ‘As Salam’ (la paz sea con ustedes)”