El viaje de todos
El mundo es un lugar de paso, lleno de ejemplos. Sean peregrinos en él, y lleven consigo las advertencias de los restos de aquellos que ya han pasado por allí. 6
Para entender el Camino, debemos primero saber de dónde venimos y hacia dónde vamos. El sendero más recto será el más claro y el más directo, además de ser el que menos peligros acarrea. La respuesta a ello ha sido explicada en el Corán:
“(…)Ciertamente somos de Allah y ante Él compareceremos.” 7
Esto es el viaje –el viaje de la vida-. Es nuestro pasado, presente, y futuro.
Pasado
¿Qué hay en el pasado para nosotros? El pasado es que Dios comenzó nuestra historia con Adán, nuestro primer antepasado, el primer hombre jamás creado. Dios Todopoderoso luego ordenó a todos esos Ángeles y Espíritus (genii) a que le hicieran reverencia a Adán. Iblis, quien era un espíritu devoto (jinn) –no un ángel- se rehusó a rendir pleitesía, por lo que se vio expulsado por Dios. Iblis luego se convirtió en Shaytan (Satanás) -que literalmente significa “ser expulsado”-, el enemigo principal del hombre desde el primer día. En el Jardín en el que Dios colocó a Adan y Hawwa’ (Eva), Shaytan invitó al hombre a desobedecer. Este fue el Pecado Original gracias al cual Adán cayó en desgracia; su lección es la lección de toda la humanidad. Este es nuestro pasado.
Presente
Desde su expulsión del Jardín, Satanás intenta permanentemente engañar a los hombres. Este es nuestro presente.
Futuro
¿Cuál es nuestro futuro? El futuro nos depara que cada uno de nosotros será juzgado. El Día del Juicio Final llegará para todos, y nadie podrá ausentarse de esa cita final, desde Adán, que en paz descanse su alma, hasta el último de los hombres, todos serán llamados. Así, volverán al Jannah (El Jardín), o irán al Jahannam, al Fuego. Estos son los dos posibles destinos que nos esperan luego del Juicio de Dios.
La lección que esto nos deja es que Shaytan nos intenta engañar constantemente para que no podamos volver al Jardín. El Camino Recto es claro. Consiste, de hecho, en seguir las órdenes de Dios y no alejarse de ellas.
Hoy la gente dice: “Oh, la religión tiene demasiadas reglas, hay demasiadas cosas que no puedes hacer, ni hablar de todo a lo que hay que renunciar.” Pero, esencialmente, es tan simple como el primer mandamiento que se le dio a Adán: escucha a Dios y no a Satanás.
En otro verso del Corán podemos ver realmente qué tan simple es, pues nos explica en qué consiste el Camino Recto.
¿Acaso no tomasteis un compromiso conmigo ¡Oh, hijos de Adán! de no obedecer y adorar a Satanás, porque él es un enemigo evidente para vosotros, Y de que Me adoraríais? Y por cierto que éste es el sendero recto [que debíais seguir]. 8
Uno de los beneficios de un Camino bien recorrido es su capacidad de mantener a la gente dentro de sus límites; manteniéndolos a raya y guiándolos para que logren llegar a su destino final. Los pasos a través del Camino Recto son nuestros actos.
Dios nos ha dicho cuáles son los pasos necesarios, preparando nuestras almas en este mundo transitorio para la vida que vendrá, y entrenándonos en la vida diaria para mantenernos firmes y rectos, hasta que logremos llegar al final de nuestra travesía.
Los actos buenos son las mejores provisiones para el viaje y hay muchos que podemos realizar. Por ejemplo, podemos rezar, hacer caridad, hablar con la verdad, ser gentiles con nuestros padres, ser pacientes, rehusándonos a tener sexo por fuera del matrimonio, ser buenos vecinos, mantener las promesas hechas, entre otros. Estos son actos de seres disciplinados, con su conciencia puesta en Dios.
La piedad no consiste en orientarse hacia el oriente o el occidente, sino que consiste en creer en Allah, el Día del Juicio, los Ángeles, el Libro, los Profetas, hacer caridad, a pesar del apego que se tiene por los bienes, a los parientes, huérfanos, pobres, viajeros insolventes, mendigos y cautivos, hacer la oración prescrita, pagar el Zakât , cumplir con los compromisos contraídos, ser paciente en la pobreza, la desgracia y en el momento del enfrentamiento con el enemigo. Ésos son los justos, y ésos son los temerosos de Allah. 9
Esto es lo que el Corán ha dicho sobre el evento pre-destinado:
Y recuerda cuando tu Señor dijo a los Ángeles: Voy a crear un ser humano de arcilla, de barro maleable. Cuando lo haya plasmado y soplado en él su espíritu, haced una reverencia ante él. Todos los Ángeles hicieron la reverencia, No así Iblîs, quien se negó a hacerla. Dijo [Allah]: ¡Oh, Iblîs! ¿Por qué no te cuentas entre quienes hicieron la reverencia? Dijo: No he de hacerla ante un ser humano al que has creado de arcilla, de barro maleable. Dijo [Allah]: Sal de aquí [del Paraíso], pues Te maldigo. Y esta maldición pesará sobre ti hasta el Día del Juicio. Dijo: ¡Oh, Señor mío! Permíteme vivir hasta el Día de la Resurrección. Dijo: Te concedo la prórroga que me pides [porque he decretado probar a los hombres a través de tu seducción], Hasta el día cuyo término está determinado [el Día de la Resurrección]. Dijo: ¡Oh, Señor mío! Por haberme descarriado, les seduciré y descarriaré a todos. Excepto a quienes de Tus siervos hayas protegido. Dijo [Allah]: Quien siga Mí sendero recto Le protegeré. Por cierto que no tendrás poder alguno sobre Mis siervos, salvo los descarriados que te sigan. 10
REFERENCIAS
6 Jesucristo
7 El Corán, Al-Baqarah (La Vaca) 2:156
8 El Corán, Yasin 36:60-61
9 El Corán, Al-Baqarah (La Vaca) 2:177
10 El Corán, Al-Hijr 15:28-42