Las contribuciones del islam a la civilización humana
La edad dorada del islam en ciencia, tecnología y cultura intelectual duró aproximadamente 500 años, desde el noveno hasta el catorceavo siglo. Los logros musulmanes en estas áreas tuvieron marcada influencia en la Europa renacentista de los siglos XV y XVI, así como sobre el nacimiento del método científico en el siglo XVII.
Bertrand Russell, el famoso filósofo británico, afirmó con mucha razón que fueron los musulmanes quienes “introdujeron el método empírico” en el estudio de la naturaleza, y fueron ellos quienes lo cultivaron de manera generalizada cuando eran líderes del mundo civilizado.
El método científico, así como se le conoce en universo de la ciencia Occidental, fue efectivamente inventado por musulmanes, quienes además fueron los primeros en implementarlo a larga escala. Los científicos musulmanes en ese entonces no eran sólo árabes, sino personas pertenecientes a otros grupos étnicos, como persas, indios y chinos.
Hace décadas, cuando el Orientalista italiano Alessandro Bausani intentó enfáticamente de dejar en claro que “el islam es una parte integral de la cultura intelectual de Occidente”, era una de las pocas voces occidentales que en ese entonces era consciente del rol histórico que el Islam tuvo sobre la civilización europea.
Muy poca gente sabe que el punto alto de la labor en medicina de Ibn Sina, “El Canon de Medicina”, se enseñó durante siglos en universidades occidentales y fue uno de los textos científicos más populares del Renacimiento. Cuando el famoso teólogo del siglo XIII, Santo Tomás de Aquino, quiso sentar las bases de una nueva teología racional, estudió la versión islamo-arabizada de la obra de Aristóteles. Se dio cuenta de que el pensador griego había encontrado un nuevo hogar en el islam, y quiso crearle uno similar dentro del cristianismo.
Dado que hoy en día muchos creen en un “choque de civilizaciones” inminente y en una incompatibilidad fundamental entre el islam y Occidente, vale la pena recordar que ambas civilizaciones comparten parte de un mismo pasado intelectual. Occidente se enorgullece constantemente del desarrollo científico como uno de sus baluartes intelectuales, logro que no hay que negar ni minimizar. La ciencia moderna no se hubiera desarrollado si no fuera por el Renacimiento, pero sin la ciencia y filosofía Islámicas, ¡no hubiera habido Renacimiento!